Vienna Sécession.

“A cada tiempo su arte, al arte su libertad.”

Ludwin Hevesi.

A finales del siglo XIX y principios del XX, Viena fue el hogar de la Sécession, una corriente artística que influyó en el arte hasta el día de hoy. Cruzando disciplinas que van de la arquitectura a las artes.

En el proceso de modernización de la ciudad, el parlamento, el teatro, la ópera y la universidad fueron puntos centrales. A la par, la corriente artística y académica tuvieron también un proceso de modernización.

El-interior-del-viejo-Burgtheater

Esta nueva corriente traía “una nueva forma de hacer” en respuesta a la generación de sus padres, la Viena Liberal que los nuevos artistas consideraban hipócrita y falsa.

En esta renovación, se le delegó al arquitecto Otto Wagner (1841 – 1918) la construcción del Ferrocarril Urbano. Al diseñarlo, Wagner puso especial énfasis en la optimización de la circulación y la movilidad. 

A Gustav Klimt (1862 – 1918), por su lado, podemos verlo como hilo conductor de este período, ya que su obra pública está presente en los edificios importantes de la época. Desde referencias a Shakespeare en las bóvedas del teatro, al cuadro «El Antiguo Teatro», donde retrata a más de 100 aristócratas vieneses de la época.

La Sécession, con su “nueva forma de hacer”, en respuesta a la generación anterior, también viene de la interrelación entre el conocimiento científico y la exploración psicológica, siendo Sigmund Freud  (1856 – 1939) su exponente más importante. Una generación que entendió la importancia de “matar al padre”.

Palacio de la Secession.

Estas ideas encontraron su lugar en el edificio del arquitecto Joseph María Olbrich (1867 – 1908), conocido como Pabellón de la Sécession, bajo el lema citado al comienzo. Todo este movimiento converge de alguna manera en la Gran Exposición de 1908 Kunstschau, presidida por Gustav Klimt.

La Sécession reconstruye, casi literalmente desde los cimientos, la estructura sociocultural de Viena, en más ámbitos de los se pueden cubrir en un solo artículo. 

Kunstschau, Vienna. 1808.

Klimt, siendo su representante más conocido, es un ícono de la cultura. Su influencia llega a la actualidad, siendo relevante aún hoy día en la vanguardia del arte.

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