Auschwitz.
«Se habían liberado sin control unas fuerzas muy poderosas. Se había abierto el abismo, y sobre ese abismo comenzó a cabalgar, tras una pausa, un maníaco de genio feroz, precipitado y expresión de los más virulentos odios que jamás hayan corroído el pecho humano: el cabo Hitler». (W. Churchill, en ‘Cómo se fraguó la tormenta’).
A partir de la II Guerra Mundial se abrieron cientos de lecturas sobre las repercusiones que esta iba a tener sobre la humanidad. Tratarlas todas tomaría años, pero el olvido de algunos sucesos es impensable.
En Abril de 1946 el Ministerio de Cultura y Arte se encargó de proteger las zonas que conformaban el antiguo Campo de Auschwitz para crear un museo. Éste se inauguró de manera oficial el 14 de Junio de 1947, convirtiéndose en un lugar de conmemoración del peor escenario que produjo el odio.
El número de víctimas se estima entre 1,1 y 1,5 millones de personas, que no sólo implica la privación de la libertad y la muerte, sino una serie de torturas, experimentación por parte de médicos y una política demográfica que consistia en métodos de esterilización para someter a las naciones clasificadas como inferiores, entre otras. En 1944 los comandantes de la SS destruyeron una buena cantidad de documentos.
El museo funciona simultáneamente y de manera complementaria como cementerio, lugar conmemorativo y, centro educativo y de investigación. No es una visita placentera (se requiere obviamente, una conducta de solemnidad y respeto) y los recorridos pueden durar de tres horas y media a seis, según el nivel de especialización que desee el visitante.
La contemplación del horror está lejos de ser el único objetivo del museo. La educacion sobre Auschwitz y el Holocausto es primordial para transmitir la memoria a las jovenes generaciones.
Las torturas a las que se vieron sometidas más de un millón de personas son impactantes. También lo son las experiencias de los sobrevivientes. En el apartado «Sobrevivieron para vivir» del sitio web se especifica que «El debate sobre las opciones de vida y la transformación del síndrome postraumático en acción, contribuirá a la reflexión sobre el impacto de la experiencia de Auschwitz y el Holocausto en el mundo después de la guerra, sobre el impacto del individuo en los procesos globales y sobre nuestra responsabilidad contemporánea para el mundo que co-creamos».
Las experiencias a veces nos llevan a ser testigos de los extremos más oscuros del ser humano. Pero no dejan de ser experiencias que nos sirven para co-crear un mundo en que sea inaceptable volver a pasar por una etapa similar. En el sitio web podemos encontrar bibliografía especializada, editada con exhaustivos procedimientos de revisión, encontramos publicaciones científicas, de memorias y educativas.