Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
«Un pequeño paso el hombre, un gran paso para la humanidad». Neil Armstrong.
Desde 1969 podemos ver el planeta Tierra desde la Luna, por fuera de la atmósfera terrestre. La NASA no fue la única institución en dedicar sus esfuerzos a llevar la tecnología aeroespacial y la exploración espacial al siguiente nivel. Pero fueron quienes lograron el hito que sigue resonando en la historia de la humanidad.
Independientemente de las alianzas políticas de las catorce administraciones que hubo hasta el momento, son innegables los precedentes científicos que lograron en las últimas décadas. Desde su fundación en 1958, sus avances se insertaron en el imaginario colectivo, desde obras de ficción en la literatura y el cine hasta líneas de pensamiento especulativas; pero sobre todo como el sueño de muchos hombres y mujeres que quieren dedicar su vida a las ciencias.
Por supuesto, es razonable que su reclutamiento se centre en personas talentosas de todos los orígenes y experiencias de vida. Lo es porque trabajan a la vanguardia en tecnología y conocimientos científicos. Trabajar en esta institución es un proyecto de vida, no solo representa un país, si no un esfuerzo colectivo para liderar su campo.
Homer Hickam (1943), hijo de una familia minera, motivado por su profesora Frieda Riley, participó en una exposición de ciencias en Indianápolis, logrando reconocimiento y una beca para estudiar en el Instituto Politécnico y la Universidad de Virginia. En 1981 fue contratado como ingeniero aeroespacial.
Por otro lado Katherin Johnson (1918-2020) fue una física y matemática cuyos cálculos en mecánica orbital fueron claves para el primer vuelo espacial tripulado y los posteriores. La NASA la destacó como una de las primeras mujeres afroamericanas en trabajar como científica en la institución.
Ambas historias fueron llevadas al cine.
Los esfuerzos de la institución van en pos de entender mejor nuestro planeta y el lugar que ocupamos en el cosmos.
En el sitio web encontramos también una gran cantidad de archivos y datos para quien quiera, pueda usarlos como fuente primaria de investigación. Es difícil abarcar todos los aspectos de una institución tan grande y de tantos años de trayectoria. Explorar el sitio para colmar nuestra curiosidad puede llevarnos, como ellos mismos especifican, a encontrar respuestas a preguntas que no habías pensado hacer.
Está la posibilidad de visitar la Sede de la nasa en Washington, en donde se puede experimentar en primera persona objetos históricos y cómo se administra una de las instituciones tecnológicas más conocidas del mundo.
